jueves, 13 de diciembre de 2018

I FESTIVAL DE CUENTOS DEL VIENTO EN CONIL.


I FESTIVAL DE CUENTOS DEL VIENTO



Dicen, que las palabras vacías se las lleva el viento y que el viento inventa con ellas historias y cuentos.

Que lo cuentos viajan de boca en boca y de pueblo en pueblo

y que van vistiendo al alma de sueños.

Hoy, viene a vernos el viento

Para llevarnos volando

Al corazón de un cuento

Esta historia comenzó una mañana de Junio de 2018, cuando el nombre del Festival de cuentos del Viento se despertó en mi cabeza de forma repentina y  desaparecieron todas las dudas. A partir de este momento fue cobrando vida un precioso proyecto que iba encajando por si solo y daba aún más  sentido a este maravilloso lugar en donde habito.






Marco Flecha, Narrador, aventurero y compañero de oficio, al que admiro por su trayectoria, por su inocente ilusión que me contagia y por cómo vive la profesión, me bridó todo el apoyo moral que necesitaba y ofreció además el apoyo de la Cháchara cuentos donde también está su compañera Ángeles Fernández, a la que valoro enormemente por su visión práctica, su trabajo y su amor a la profesión.








Por otro lado,  el Ayuntamiento de Conil y en concreto Curro, ofreció  la logística y apoyo publicitario para desarrollar un proyecto auto gestionado y confió 100 por cien en la iniciativa.

La Pintora Conileña Lola Miralles acepto pintar el cartel del Festival, entonces pude ver la primera imagen real que me ilusionó aún más para continuar.

El objetivo de éste proyecto es mezclar diferentes artes con el cuento, siendo el cuento el eje principal, como portador de historias lejanas y cercanas que van y vienen como el viento, siempre presente en esta zona. Y así, acercar el cuento a la calle y abrir una inquietud local tanto de público como de posibles narradores futuros. El motivo fundamental de éste Festival es el amor por ésta disciplina artística basada en la palabra.

A partir de aquí, el trabajo fue multiplicándose día a día, porque era una incógnita saber que repercusión tendría y se fue gestando un planteamiento cargado de actividades diferentes donde las piezas fueron apareciendo y colocándose poco a poco en la realidad, descartando y creando continuamente piezas de un puzzle de actividades.


La Artesana Liz acepto la gestión del Mercado Creativo, un entorno que da sentido y enmarca los cuentos contados en la calle y su buena gestión se hizo visible.

Mientras tanto, comenzamos a buscar a los Narradores que vendrían a éste primer Festival y nos encontramos con la grata sorpresa de tres confirmaciones impresionantes: Carolina Rueda, Momi  Ogalla y Juan Gamba. A los que admiro enormemente como Narradores y como personas.

Horas de Ordenador, horas de gestión, horas de paseos por Conil y un sinfín de esas cosas incontables que ocupan todo tu tiempo…. Carteles, logos, cartas, reuniones y charlas con colegios, Cultura, librerías, editores, artesanos, pintores y músicos merchandising, compras, billetes y preparaciones interminables. Un Festival de cuentos con fecha y una responsabilidad maravillosa que me ha sumergido durante todos estos meses en una fantasía de cuentos.

Los últimos días fueron aún más inquietantes, pero comenzaron a surgir colaboradores espontáneos y se fueron implicando cada vez más.

El Tiempo y el Viento es aquí todo un Dictador así es  prevenimos diferentes espacios uno para la lluvia, otro para el viento de levante y un tercero para el viento de poniente.

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Los Narradores habían llegado y comenzamos a convivir en este lugar tan cerca del mar donde todo comenzaba a cobrar sentido, convirtiéndose en realidad.


El viernes fue un día completo, aunque las cosas parecían salir bien, hubo muchas bajas, de artesanos, colaboradores y apoyos. 

Y el tiempo amen

azaba con una lluvia fuerte que no vino. Comenzamos a contar cuentos por la Mañana en el Colegio público del Colorado.  Por la tarde  seguimos en la Biblioteca con una preciosa función a cargo de Momi Ogalla y Juan Gamba. Y Momi  inauguró los cuentos para adultos en la sala de exposiciones donde la Pintora Conileña, Lola Miralles, había preparado su exposición “De Momento”. Allí, Momi Ogalla nos encantó con sus Idas y Vueltas, con esa narración llena de alma y de anécdotas, tan cercana a lo social. 
Terminamos la noche en la sala del Bar “la Casa Inquieta” con la sesión Golfa de cuentos en la que participamos todos, Momi Ogalla, Sandra Cerezo, Juan Gamba, Marco Flecha y Ángeles Fernández. 
 
El sábado por la mañana, el Mercado de Artesanía se montó temprano y los puestos de comida del mundo prepararon comidas  divertidas que nos dieron  de comer a todos. Los Talleres de Alfareria para niños funcionaron sin descanso. Y las pompas de jabón decoraban el aire.

La primera sesión de cuentos en la calle fue a las 12:30. Momi, Marco y yo disfrutamos de esa plaza llena de familias.

Los músicos de calle comenzaron a tocar a medio día y dieron un toque festivo a este día que termino con viento de poniente. Pero pudimos realizar por la tarde, Ángeles Fernández, Lola Jiménez. Marco y yo, la sesión de cuentos Ilustrados dedicada a la Librería María Zambrano en el escenario exterior antes de que el frio se llevara al público que aparecía siempre a hora del cuento como salido de ninguna parte.

Ya por la noche, Juan Gamba se dejó la piel en su espectáculo de Adultos, “Crónica de Sucesos” donde hubo cola para comprar entrada. Un espectáculo de Narración  con un estilo inquietante que te deja perplejo por la capacidad física y narrativa llena de personajes diferentes, un estilo que nunca le había visto a Juan Gamba, que nos tiene acostumbrados a sus cuentos cómicos.

Terminado el Sábado sin Momi y con la recién llegada Carolina.
Solo quedaba un día,  el Domingo y por la mañana comenzamos con la primera sesión infantil a taquilla, Carolina rueda y Juan Gamba. Un lleno absoluto y asombroso. Y a la vez Marco flecha impartía el Taller de cuentos en la Chanca de Conil.

Por la tarde y después de comer, estaba prevista la ruta de cuentos familiar, que por un momento pensamos que fallaría por el frio y porque se veía poca gente a las 5 de la tarde pero a las 6 empezaron a llegar poco a poco al cementerio y después del cuento de Carolina, nos fuimos caminando en ruta hacia el pescador del Mar, haciendo cuatro paradas para contar cuentos.

Terminó la noche con cuentos para adultos, con la sabrosa función de Carolina rueda, siempre exquisita en su descripción sutil y entrañable, con las hiladas historias adaptadas de su espectáculo “Cuentos con las manos en la masa” donde los artesanos estaban también invitados a participar de ésta última noche.


Pero el final del domingo, aún no había acabado, quedaba el micrófono abierto y el cierre musical con cuencos de cuarzo.  Entonces si, con las luces apagadas y las velas encendidas, cerramos el Festival.

Todo había terminado satisfactoriamente y el lunes por la Mañana contamos de nuevo en un Colegio, Carolina, Ángeles, Marco, y yo una buena y variada función para los más pequeños del cole.




Así,  despedimos al Festival, comiendo sopa de puchero en la venta de la Muela y paseando por los acantilados de Conil. Cerramos, evaluamos y brindamos por el primer Festival de Cuentos del 
Viento.

Esta experiencia me da y nos da la información de cómo mejorar la segunda edición, como llegar al público, a un público que está deseando escuchar cuentos y no lo sabía.



Gracias a todos los que se han implicado en el proyecto, a los que lo han ido descubriendo y saboreando, al público que aparecía a la hora en punto, a los colaboradores y apoyos espontáneos y a las bajas y errores que enseñan tanto, a todos los que en fin apoyan la continuidad del segundo Festival de Cuentos del Viento de Conil, Gracias.


Gracias de todo corazón a cada uno de los Narradores por aportar sus cuentos y su alma a éste primer Festival.


Gracias a:


Marco Flecha, Ángeles Fernández, Curro, Carolina Rueda, Momi Ogalla, Juan Gamba, Lola Jiménez, Juanjo Palacios, Elizabeth Hurley, Lola Miralles, Ingrid Teisseire, Thomas Irnberger, Lucía Carabaza, Koldo Fernández, Marion Shneider, Comidas del Mundo, Artesanos, Músicos (Ezna, Pelos, Irene, Juanlu…)

Y Gracias,  a la ciudad de Conil y a la comarca de Janda, por abrir su escucha a los cuentos.

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