martes, 29 de octubre de 2024

LA LIBERTAD. 4 VIENTOS RADIO NARRATIVA


 

PROGRAMA:  La libertad. 4 vientos (escuchar)

La libertad.  Viajaremos a través de historias, cuentos, opini

ones, filosofía y música por algunos rincones de la libertad.  Hablaremos del libro Ética para Amador de Fernando Sabater y del mito griego de Orfeo y Eurídice.

Han participado en este programa:

Mabel Castillo, Adrián Cardeñoso, Juan Madrid, Ángel del Moral, Sergio Román, Angie de Armas y Ana Orellana.

Con la colaboración especial de los Niños y niñas de 5º y 6º del colegio público Salobreña de la playa del Palmar, Vejer,  Cádiz.

En  4 vientos, radio Narrativa. Un programa dirigido por Sandra Cerezo, desde Radio el Palmar, Vejer, Cádiz para Onda local Andalucía






jueves, 10 de octubre de 2024

CONTAR CON MUSICA

Comparto aquí el artículo 102 del Boletín de AEDA que coordiné y en el que escribí algún artículo, junto con el Narrador Caxoto y el músico Adrián Cardeñoso.

https://www.narracionoral.es/index.php/es/documentos/boletines-y-noticias/boletines/1900-boletin-n-102-contar-con-musica

La narración oral es una forma de memoria colectiva que ha permitido la supervivencia de muchas culturas a lo largo de la historia, y aunque solo la palabra es suficiente para contar una historia, lo cierto es que muchas veces ha ido acompañada de otras artes, como la poesía, la danza o la música.

 

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Antes de entrar a detallar la vinculación que ha tenido la música a la narración desde siempre, os dejo varios artículos: 

  • El primero sobre las diferentes formas de incorporar la música a la narración, dándole más o  menos prioridad a la música, y sobre mi experiencia personal contando cuentos con música: “Narración y música cuentan”.
  • Otra forma de incorporar la música, es que el propio narrador cuente y toque un instrumento. Esto nos lo explica el narrador Gallego Caxoto, en su artículo: “Contar con música: ¡hágalo usted mismo!”.
  • Por otro lado, los músicos también experimentan influencia de las historias a la hora de incorporar la música a la Narración.  El Pianista clásico y compositor Adrián Cardeñoso, que trabaja desde el punto de vista de la sincronía, nos cuenta su experiencia y punto de vista sobre su extenso y profundo trabajo musical a través de los cuentos y la narración en este articulo: “Contar con sonidos”.

La palabra y la música han estado unidas en muchas formas tradicionales de contar cuentos en todas las culturas desde el principio, con diferentes estilos y formas de integrarla: 

  • Bardos: de origen celta, (1200-400 a.c) considerados una casta, cantaban y contaban poesías épicas, canciones y relatos. Transportaban a las personas a mundos místicos y les permitían conectar con lo sagrado.
  • Griot: (Jeli). África Occidental. Narrador, poeta, historiador y músico. Preservaban las historias de costumbres, reyes y héroes. Eran bibliotecas vivas. Contaban en mercados, cortes, plazas y en árboles. Usaban como instrumento el Kora, el Balafón o el Ngoni. La música de los Griot ha influido en el blues, el jazz y la word music.
  • Tuareg: en el Sáhara, viajan por el desierto contando historias tradicionales acompañados de música.
  • Kathavachak: de la tradición hindú. Narran historias sagradas sobre la creación del mundo, mitos de naturaleza e historias populares, sobre todo en templos y suelen acompañarse de instrumentos, como el Sitar.
  • Hlaykia: Marruecos. Utilizan su voz y gestos dramáticos para contar todo tipo de historias tradicionales, sobre todo en plazas públicas. Suelen contar sin música.
  • América del norte: Los indígenas ancianos, los indios Navajos, los indios Ojibwa que relatan historias de la naturaleza y de héroes, mitos, dioses y fábulas de animales acompañados de tambores y maracas.
  • Los cuentos de esclavos: Cuentos de América del Norte que hablan de liberación y supervivencia y siempre van ligados a la música. Cuentos espirituales y blues.
  • América del Sur: Los Amanautas del Imperio Inca, guardianes del conocimiento. Los Chamanes del Amazonas. Los Machis curanderos de Chile. Los Payés o chamanes guaraníes de Paraguay, los Mamas en Colombia. Todos contaban y cantaban mitos de creación y naturaleza y muchas  veces usaban la música para reforzar la conexión emocional. Usaban maracas, flautas, instrumentos de percusión, canciones y ritmos
  • Rapsoda: cantor con bastón de la Antigua Grecia, significaría «aquel que cose cantos». Suelen contar historias cantadas usando el bastón para marcar el ritmo​
  • Juglares: Siglo VII D.C, de procedencia europea. Contaban, cantaban e interpretaban historias con o sin música de forma divertida. encarnaban todas las artes escénicas y llegaron a ser considerados mendigos charlatanes. 
  • Hakawati: cultura árabe, Egipto, Siria, Líbano y Palestina. Contaban narraciones tradicionales, mitos y leyendas que podían durar varios días, en cafés o lugares de encuentro. Improvisaban y modificaban los ritmos de la historia. No solían contar con música.
  • Sacerdotes y escribas del antiguo Egipto: transmitían las leyendas y las historias
  • Sufíes: diversas regiones del Medio Oriente. Cuentan historias espirituales acompañados puntualmente de música y danza.
  • Kataribe: Japón. (Contar cosas). Un oficio con frecuencia desempeñado por mujeres, algunos se profesionalizaron y llegaron a ocupar un puesto oficial en la Corte. Controlaban los ritmos, la pausa dramática y la entonación y no utilizaban música.
  • Rabbis: judíos. Cuentan textos sagrados, fabulas y cuentos populares con preguntas, respuestas y canciones. Suelen contar en ambientes familiares.
  • Aedos: narradores griegos. Elegidos por las musas para transmitir el espíritu divino. Cuentan sus propias historias o las adaptan. En la Odisea, el propio Odiseo es un gran narrador. El Aedo es en primer narrador oral especializado y profesional. Tenían que dominar varias disciplinas:
    • Saber cantar de acuerdo con un orden acompañados de un instrumento. 
    • Tener habilidad para ensamblar distintos elementos y 
    • Memoria privilegiada. 

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Sobre la Memoria privilegiada, se sabe que la memorización mediante el ritmo es mucho más sencilla, por eso la los narradores orales se acompañaban de instrumentos para marcarlo. Además, la música permite transmitir emociones de una forma especial, envuelve al auditorio y consigue embelesar al oyente. Se utilizaban como instrumentos:

  • El aulós: instrumento de dos tubos con el que se consiguen dos sonidos diferentes.
  • La syrinx o flauta de pan, con tubos abiertos de diferentes longitudes.
  • Los crótalos: instrumento de percusión que sustituía al chasquido de dedos.
  • La cítara y la lira, instrumentos de cuerda muy antiguos. 

Narración oral en los espacios familiares: Ocurre en todas las partes del mundo y se suelen transmitir utilizando solo la palabra y el ritmo. 

Este recorrido habla por sí mismo de la importancia que ha tenido la música en las historias orales y de cómo ha formado parte de los cuentos en casi todas las culturas.

No se trata de contar con música o sin música como una mejor o peor opción. La narración por sí misma tiene una sonoridad indiscutible, depende del narrador, de su tipo de voz y de la forma de utilizar las palabras y los silencios. La narración es un arte amplio, variable y en continuo movimiento abierto a diferentes posibilidades. 

Además, sobre la importancia del silencio, tenemos un hermoso artículo de nuestra compañera Charo Pita.

Por último, tenemos en la web dos boletines sobre este mismo tema, uno coordinado por Charo Pita: Cuentos y música; y otro coordinado por Elia Tralará: A ritmo de cuento.

Enlaces de narraciones con música: 

  

Este Boletín n.º 102 – Contar con música ha sido coordinado por Sandra Cerezo


sábado, 5 de octubre de 2024

SOBRE EL AMOR AL ARTE

Comparto desde aquí, el artículo que escribí para AEDA, Asociación de profesionales de la Narración Oral:

https://narracionoral.es/index.php/es/documentos/articulos-y-entrevistas/articulos-seleccionados/1730-sobre-el-amor-al-arte

A través de la narración oral, también surgen proyectos donde la idea se materializa sin pedir permiso, sin esperar subvenciones ni llamadas, proyectos que uno quiere compartir por amor al arte. Así podemos hablar de los comienzos por amor al arte del I Festival de cuentos del viento de Conil de la Frontera, y de cómo se consolidó económicamente el festival en su segunda edición II Festival de Cuentos del Viento.


Como introducción a los artículos de este boletín he escrito este texto titulado "Por amor al arte"

Y tras su lectura podemos volar a Casamance, en Senegal, y hablar con su bibliotecaria española Fina Hernández y que nos cuente sus proyectos de narración oral. También podemos saber sobre el Concurso de cuentos del viento 2020, un festival de cuentos para Radio el Palmar, del proyecto 4 Vientos Radio en tiempos de crisis y, para terminar por hoy el recorrido, le podemos preguntar al narrador y periodista paraguayo Marco Antonio Flecha por su proyecto de Radio "Una aldea prodigiosa".

Finalizamos el boletín enlazándote la agenda del mes de febrero que, poco a poco, va llenándose de cuentos contados.


Amor al arte es amar lo artístico que cada uno crea, es crear por la sensación misma de crear sin esperar nada a cambio más allá del placer mismo del acto creativo.




La necesidad de crearse a sí mismo es una forma que tiene el arte de sobrevivir en cualquier etapa independientemente del factor económico. El arte se abre paso por las diferentes y variadas capacidades que tenemos de crear.

El amor al arte mantiene oficios puros en etapas en las que no están de moda y también permite crear proyectos originales que, aunque a veces requieren más esfuerzos que beneficios, favorecen la continuidad de una especie creativa diferente a la establecida.

Y mientras hacemos el amor al arte también nos reinventamos.

Muchas veces el arte está al servicio de un sistema social, económico o cultural. Donde hay dinero alguien pone su arte y se presentan proyectos, muchos proyectos.

Otras veces supone tanto esfuerzo buscar ayudas para proyectos que no están de moda, o presentar la propia ayuda requiere tanto esfuerzo burocrático, o incluso justificar la ayuda requiere tanto esfuerzo, que por el camino ya te has cansado de defender tu idea y justificarla y se te quitan las ganas de hacerla. Por eso, siempre cabe la posibilidad de decidir realizar el proyecto voluntariamente y más tarde estudiar qué opciones hay para conseguir remuneración o, simplemente, disfrutar de su aporte emocional para ti y para la comunidad.

También cabe la posibilidad de perder dinero por un proyecto y aun así sentir que estás ganando.

Defender los derechos de tu profesión y a la vez ser consecuente y fiel a ti mismo en todos los sentidos, requiere de un equilibrio emocional y es importante reconocer y aceptar positivamente que, en el camino personal, hay momentos en los que se puede decidir apostar por proyectos imaginados y hacerlos realidad sin más, al margen de la burocracia y eso también dignifica la profesión.

El dinero dignifica el trabajo pero no le da siempre el valor que tiene, a veces es preferible no cobrar un trabajo que cobrar poco dinero y que parezca que ya está pagado, pero, por supuesto, siempre es mejor trabajar que no hacerlo, porque el que tiene un oficio no puede dejarlo a un lado solo por el hecho de que no haya dinero para ello.

Muchos de estos proyectos se consolidan y, una vez hechos, es posible encontrar un soporte económico.

Uno de los objetivos de la narración es generar demanda, y no solo como animación a la lectura, si no, sobre todo, como animación a la escucha.

Los mejores proyectos de mi vida los he realizado por amor al arte, y aunque algunos después me han dado de comer, otros me han aportado grandes experiencias y el resto se han consolidado. También he dejado un puñado de ellos cuando ya estaban funcionando y otras personas los han continuando, a veces las mismas personas que criticaban la parte voluntaria y la iniciativa del proyecto.

Dignificar una profesión también puede ser ganar dinero con otros trabajos y no hacer cualquier cosa por dinero.

Se ha visto en la crisis de la Covid19 cómo los artistas se han volcado en las redes, ese miedo a desaparecer ha vuelto a sacar a la luz que el artista cuenta, interpreta o baila al margen de lo económico y aunque es necesario dignificar la profesión hemos visto que hasta con una mascarilla se cuentan cuentos, ¿Qué hay mas indigno que tapar la boca para contar un cuento?

Puede ser muy digno contar cuentos para la amistad, el amor, la vida... en cambio contar cuentos, por ejemplo, contra la violencia de género, es ponernos al servicio del sistema, es mi opinión, un sistema que ha puesto palabras a sesiones de cuentos muchas veces por moda o tendencia sin profundizar en lo que suponen. Existen bibliotecas violetas, cuentos contra la violencia de género, cuentos contra las adicciones, cuentos para enmarcar temáticas… pero algunas veces no existe simplemente la confianza en el narrador profesional, en los mismos cuentos y en que el publico reciba lo que necesite recibir. Y opino que esto en la narración de cuentos tradicionales tiene más peso que en ninguna otra disciplina. Cuentos tradicionales que algunas veces, a algunos sectores, como todos sabemos, les parecen ofensivos porque, por ejemplo, un león carnívoro se comió a un ciervo.

Quizás no estaría de más que hubiera más subvenciones genéricas y de confianza para desarrollar proyectos espontáneos por amor al arte, sin tener que justificar cual enemigo público cada céntimo invertido en el proyecto ni presentar papeles infinitos. Pero esto sí es algo imposible.

Todo lo que se haga por amor arte, que son muchas cosas, me parece digno de mención, de valoración y de respeto, y aunque detrás estén los egos y el protagonismo, también podemos encontrar el deseo de realizar una creación o una participación por la satisfacción de llevarla a cabo.

Los cuentos llevan tanto conocimiento en su interior que son una gran fuente de inspiración para realizar proyectos desde diferentes fórmulas.



Referencias sobre el amor al arte

El cronista extremeño Alberto González Rodríguez, Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Extremadura, nos dice sobre el amor al arte:

"Durante siglos lo que hoy se estima arte fue únicamente instrumento de difusión de ideas, creencias o valores de tipo religioso, áulico o fáctico al servicio de doctrinas, modos de pensar, sistemas políticos y otras formas de poder, según principios que solo a posteriori lograron que, lo que en su momento fuera otra cosa, pasara a ser valorado como arte. Todavía hoy el arte continúa siendo a veces solamente un instrumento de defensa de determinados sistemas de pensamiento, cuando no una mercancía estrictamente mercantilista.

Salvo el periodo del arte griego y su rescate en el Renacimiento, en que la obra artística alcanza entidad como creación que busca ante todo la belleza, durante mucho tiempo el arte fue algo meramente utilitario e instrumental, de motivación y valoración muy diferentes de lo que más tarde llegaría a ser. Incluso la etapa romana, de tan espléndidas realizaciones, es época en que realidades como el Panteón de Agripa, Coliseo de Vespasiano, puente de Alcántara, Columna Trajana o Arco de Constantino fueron obras sin más pretensión que la funcionalidad al margen de una estética buscada.

Solo a partir del Renacimiento el arte comienza a apartarse del sentido utilitario para buscar la belleza y la exaltación de los sentimientos; el artista tiene libertad para desarrollar su creatividad al margen de los códigos establecidos, y se abre el camino a que el arte no sirva a otra idea que a sí mismo y el artista ocupe el papel de protagonista principal.

Momento crucial en este proceso es aquel a partir del cual la obra de arte deja de depender del encargo o intención de un tercero –la Iglesia, el rey, el noble, el coleccionista…– para convertirse en algo perteneciente solo a la libre creatividad del autor. Como incentivo a este nuevo panorama de libertad creativa aparecen los certámenes, concursos y exposiciones que abren un nuevo sistema de relación entre el artista, su obra y el espectador. Surgen los salones académicos como medio para estimular a los artistas, y se abre la dialéctica entre los aferrados a las fórmulas tradicionales y los innovadores. Entre el arte oficial que pretende seguir determinando el hecho creativo y la rebeldía de los artistas que no aceptan normas.

Certámenes, concursos, exposiciones y actividades de todo tipo promovidas por las entidades públicas o las instancias privadas surgen en el panorama cultural para dinamizar el proceso creativo en libertad, ofreciendo a los artistas un amplio campo de posibilidades para la realización, valoración y proyección de su obra. A diferencia de tiempos anteriores, en que el artista creaba para otros, muchos lo hacen ahora solo para sí mismos".

El pintor Juan Bautista Sanz, nos dice esto sobre el amor al arte:

"Frase que no me gusta nada en razón de la utilización que de ella se hace. Amar el arte, apasionarse con él, escapa al significado con el que habitualmente se dice el tópico. Que alguien ame el arte, que sea generoso en la entrega creativa, no quiere decir que no se le deba reconocimiento o remuneración por su trabajo. Se dice mal y se entiende peor. Se puede regalar el arte a quien uno esté dispuesto a regalar, porque la vocación cuenta y mucho, pero no justificarse nunca la generosidad del artista con la 'hermosa' tendencia de entregar el alma por amor al arte.

Digo esto al paso de no confundir una actividad profesional en torno al arte con ese 'por amor al arte' perverso".

La Actriz e investigadora teatral Maite Tarazona, que ha realizado proyectos de investigación teatral basados en el silencio y la represión durante la guerra civil española, publicó un articulo el 27 de Febrero del 2015 sobre el amor al arte en el periódico de las artes escénicas Artezblai que nos dice así:

"Redes de "Esta agua no beberé" de la que beberás: por amor al arte.

Redes de nómadas imperturbables, sin casa, con oficio y sin beneficio a la espera de esos tiempos mejores que uno siempre espera por llegar: por amor al arte.

Redes de producción y distribución unipersonal, gestión de transportes, pagos y gestiones de piezas teatrales deficitarias mantenidas con vida por trabajo, por dignidad y por hacer lo que uno vino a hacer, que es contar historias de la mejor manera posible: por amor al arte.

Por amor al arte uno paga a otros sin cobrar: por amor al arte.

También por amor al arte se viven las experiencias más preciosas dentro y fuera de un escenario, por amor al arte se ve brotar la risa, la lágrima o el más puro desconcierto. Por amor al arte las noches en vela se convierten en carrusel de imágenes a las que uno se sube sabiendo que formarán parte de su próximo trabajo, sin saber ni cómo ni porqué. Por amor al arte se encuentran personas preciosas en la vida a las que uno da una y mil veces gracias por conocer.

Por amor al arte seguimos contando y encontrando(nos).

Por amor al arte nacen proyectos que a veces salen adelante.

El amor al arte contiene la plenitud y los duelos más profundos.

El arte es el amor por la vida y el amor por la vida es arte.

Y sí, trabajo por amor a ese arte en el que sobrevivo y del que todavía no sé cómo vivir".

La escritora y novelista Bilbaina Lorea Otsoa Honorato, escribió en septiembre del 2009 este artículo sobre el amor al arte:

"¿Quién no ha escuchado la célebre frase "por amor al arte"? Es un enunciado manoseado hasta la saciedad, que se pronuncia casi de manera inconsciente, y la mayoría de las veces en un tono despectivo, no sé si con razón o sin razón. Parándome un momento a pensar en el significado de la frase, y sobre todo el tono en el que se emplea, me pregunto si no estaremos viviendo una crisis global de vocaciones.
En los últimos tiempos todo avanza muy deprisa y nos hemos visto empujados a una sociedad cada vez más competitiva, materialista y consumista. El todo vale, a la hora de ganar dinero, se ha ido instaurando en nuestras vidas convirtiéndose en una constante que parece no querer abandonarnos fácilmente.
Resulta extraño encontrar a alguien que trabaje, o se dedique a algo en concreto por pura vocación, por amor al arte, por el simple hecho de que es lo que siente que tiene que hacer, independientemente de que esto le reporte pingües beneficios, y casi más extraño es encontrar personas que comprendan que no todo en la vida pasa por tener una cartera bien abultada.

No todo en la vida es dinero, no todo ha de hacerse en nombre del dinero, y en definitiva, el dinero en sí, no es más que eso, dinero".

Película Mangoré, por Amor al Arte, la historia de un guitarrista paraguayo. Aquí podéis ver el tráiler de la pelicula.






Liliana Almendros, poeta argentina, nos habla así del amor al arte:

"Por amor al arte; vivo, existo, respiro...

Por amor al arte, escribo cada poema.

Por amor al arte, van mis suspiros...

Por amor al arte, estoy en escena!

Escribiendo, actuando…

Provocando en todos, sonrisas y penas...

Por Amor al arte; pinto de colores lo que es invisible...

Manejo los ánimos, con un simple chiste...

Por amor al arte, vivo enamorada...

¡Enamorada del mismísimo amor, yo vivo!"



Y para terminar escribo:

El amor al arte tiene presencia

viste un traje elegante

le he visto pasear por los parques

las ciudades y los aires.

Es un timón navegante

que te lanza a lo imposible

por amor al arte

y a veces

es una alfombra

que todo el mundo pisa

requeté pisa

y confunde con limosna.

Y entonces pierde el sentido

un instante

y luego lo encuentra

por amor al arte.

viernes, 4 de octubre de 2024

Reflexión sobre el mito de Orfeo y Euridice

Émile Jean Baptiste Philippe Bin
Émile Jean Baptiste Philippe Bin
Descuartizamiento de Orfeo
Reflexion sobre el mito de Orfeo y Euridice: Aunque en la mitología nadie esta libre de culpa, como en la vida misma. Este es un ejemplo que me hace reflexionar sobre si cambiamos a nuestro antojo el significado de las cosas. Trasteando un poco, he encontrado un artículo del psiquiatra José María Manzano Callejo, que compara el mito de Orfeo con la misoginia. Un mito que en realidad está ligado a la necesidad de mirar hacia atrás y al no soltar, pero no a la misoginia.  Esta comparación que hace José María Manzano, se basa en que Orfeo pierde dos veces a su esposa. La primera, porque le muerde una serpiente y muere. El, la rescata del inframundo y sale corriendo con ella, pero con una condición:  No volver a mirar hacia atrás hasta alejarse de aquel lugar. En cambio Orfeo, no puede resistirse, se vuelve a mirarla aún con un pie en el inframundo y ella muere de nuevo. Desde entonces no quiere estar con ninguna mujer mas, a pesar de que muchas se obsesionan con el y quedan hipnotizadas por sus cantos. Al sentirse rechazadas se matan a sí mismas. Por eso las mujeres se reúnen y deciden despedazarle. Para no escuchar su canto hipnótico hacen sonar instrumentos mientras le descuartizan. Solo dejan su cabeza, que la tiran al río.... ¿Dónde está la misoginia aquí?

Misoginia: Aversión, odio hacia las mujeres

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Dejo el enlace al artículo mencionado de José María Manzano:

https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/sindrome-orfeo-sindrome-misoginia-analisis-historico-psicologico/20201017113031180211.html